miércoles, 27 de mayo de 2015

LEY DE GRESHAM

Es el principio según el cual, cuando en un país circulan simultáneamente dos tipos de monedas de curso legal, y una de ellas es considerada por el público como "buena" y la otra como "mala", la moneda mala siempre expulsa del mercado a la buena. En definitiva, cuando es obligatorio aceptar la moneda por su valor facial, y el tipo de cambio se establece por ley, los consumidores prefieren ahorrar la buena y no utilizarla como medio de pago.
Este enunciado es uno de los pilares de la economía de mercado. El hombre que llegó a tal conclusión fue sir Thomas Gresham. Gresham, importante financiero y mercader de su época, se dio cuenta de que, en todas las transacciones que llevaba a cabo, la gente prefería pagar con la moneda más débil del momento y ahorrar la más fuerte, para, llegado el caso, exportala o fundirla, pues tenía mayor valor como divisa o como metal en lingotes.
Este fenómeno ya se había observado por mercaderes, financieros y hombres de Estado con anterioridad al siglo XVI. Cuando sir Thomas Gresham manifestó este hecho, no desarrolló ninguna formulación teórica de su idea, y no fue hasta finales del siglo XIX, cuando este principio comenzó a conocerse como la ley de Gresham.

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